Es de suponer que los cóndores son también sobrevivientes de esta catástrofe y que no los exterminó totalmente el meteorito hace 65 millones de años, habiéndolos eliminado en todas partes, menos junto a las Araucarias Araucanas en la Cordillera de Los Andes. Posteriormente se extendió esta majestuosa ave desde la zona central de Chile, para el sur hasta la Patagonia y hacia el norte hasta Venezuela. Los cóndores quedaron vivos donde sobrevivieron las Araucarias Araucanas. En esta región del centro de Chile las Araucarias Araucanas, por sus abundantes semillas, no dejan lugar a que otras plantas se desarrollen y compitan con ellas. Ellas dominaban con muchos millones de ejemplares toda la región central de Chile. Sus semillas alimentaron a cientos de miles de seres humanos, llamados Pehuenches (Pehuén=piñones, che=hombre; gente de los piñones), desde Concepción a Puerto Montt. Era zona de Pehuenches, a lo menos, desde hace 33.000 años. En Monte Verde, cerca de Puerto Montt, se descubrieron restos de utensilios y posteriormente sus asentamientos. Extrapolando podemos decir que vivieron allí alimentándose de piñones varios cientos de miles de años.
Desde la lejana época en que existen las Araucarias Araucanas existen también los choroyes, porque ellos se encargaban, y se encargan, de comerse y de repartir las semillas de estos columnados. Curiosamente por alimentarse de los piñones, estos loritos tienen una larga vida (80) y muchas defensas para vivir. Sus descendientes son familias, por ejemplo, cacatúas, papagayos, etc.
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Es muy probable que los actuales cóndores andinos también provienen de la misma región y se alimentaban de las aves muertas. Los cóndores se cree que viven igualmente hasta los 80 años, como los loritos. Como dije más arriba, hay razones fundadas, dado que las semillas de esta planta son una maravillosa alimentación, para creer que los piñones son los que producen una larga vida en los loros. Ellos existen desde el tiempo en que aparecieron en la Tierra las Araucarias Araucanas, o sea, desde hace cientos de millones de años y es como si fueran fósiles vivientes que existen pues desde hace más de 65 millones de años.
Los choroyes viven en las gigantescas Araucarias Araucanas por motivos de sobrevivencia y también porque es bueno para la planta, es decir, hay una increíble simbiosis que viene desde cientos de millones de años, por supuesto entre estos loritos y la Araucaria. Esta simbiosis, permite que los loritos puedan sobrevivir en los crudos inviernos cordilleranos en las altas Araucarias Araucanas. Y como en la zona central de Chile, son millones los loritos hay, por supuesto, siempre muchos que mueren, siendo éstos alimento para el carroñero cóndor. El cóndor es el que limpia y limpiaba de cadáveres de los loritos la Cordillera de Los Andes en esa zona.
Ver a un lorito pelando un piñón es como ver un espectáculo circense. Este lorito nos entrega un mensaje de inteligencia evolutiva. Él se para en una sola patita y con la otra sujeta el piñón, mientras tanto con su piquito pela cuidadosamente de su cáscara no comestible a este fruto dejándolo limpiecito, y después, a medida que se lo va comiendo, lo va disfrutando como si fuera una exquisitez.
Las Araucarias Araucanas demuestran que el siniestro meteorito oscureció la Tierra hasta una altura sobre el nivel del mar, un poco inferior a la de donde vivían las Araucarias, los loritos y el cóndor. La Araucaria es la única planta que sobrevive a los fríos intensos y a las temperaturas elevadas, por eso sobrevive pues, incluso, a la orilla de los volcanes, donde hay bajas y elevadas temperaturas. Todo el resto de la Tierra, vale decir la parte inferior, quedó a oscuras largo tiempo y no pudieron sobrevivir ni los dinosaurios.
El cono femenino de la Araucaria, llamada piñata, suele contener entre 120-200 piñones. Los loritos tienen un gen que los orienta a romperlas en su época precisa de madurez. Las piñatas necesitan que los loros las abran, al mismo tiempo ellas explotan y caen los piñones hasta 50 metros de distancia, llevados por los vientos cordilleranos. Los choroyes se los llevan para comérselos en otro lado y se encargan de sembrar las semillas, al caérseles algunas al suelo en el camino.
Entonces ahora está claro que quien se come a los loros muertos, es el carroñero que vive en esa zona, llamado cóndor. Andan juntos. Sin embargo, esta planta crece en todas las regiones. Casi nadie concibe a una Araucaria Araucana fuera de la Cordillera de Los Andes, ni a un cóndor fuera de ella. Su hábitat natural lo tiene en esta Cordillera, allí esta gigante ave planeadora hace sus nidos en lugares absolutamente inaccesibles a los depredadores.
Lo muy asombroso es que el cóndor descubre como subir a miles de metros sin gastar su propia energía. La naturaleza lo dotó de un sistema especial por medio del cual él sabe como subir a esas alturas. Lo hace utilizando las corrientes de aire que tienen una mayor temperatura que las del suelo y que, por lo tanto, van por las laderas hacia arriba. Este extraordinario ascenso lo hace planeando. El proceso de evolución, pues, le ha permitido desarrollar órganos especiales que le ayudan a subir a grandes alturas, en el momento preciso. Energéticamente la mayor parte de los pájaros no debieran existir en las alturas por el gasto de energía. El cóndor descubre cómo, en las horas apropiadas para poder subir, con sus enormes alas extendidas, en estas corrientes ascendentes.
Este pequeño lorito verde e inteligente no tiene especie antecesora viva, pero si actualmente muchas variedades. Y lo mismo debiera haber sucedido con el cóndor. El nefasto meteorito de Yucatán destruyó, como ya se dijo, todo lo vivo menos estas tres especies.
Enlace vídeo:
"Vuelo del cóndor" - rivendelt
Vea las características del cóndor en Google:
www.parquesnacionales.gov.co/PNN/portel/libreria/php/decide.php?patron=01.1511
Fotos de cóndores en Google:
https://www.google.de/search?q=el+cóndor+de+los+andes&client=firefox-
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